Noviembre es el mes de las Ánimas.
Es un mes muy especial para mí. Lo considero mágico, oscuro. Es un tiempo en el que los entes inmateriales (almas, espíritus, fantasmas…) se hacen más patentes. Se abre una puerta hacia el Más Allá, hacia lo desconocido.
Recuerdo que durante este mes mi abuela encendía mariposas de aceite a sus difuntos. En la cómoda de su dormitorio colocaba, haciendo un semicírculo, las fotos de sus familiares fallecidos. En medio situaba unos recipientes llenos agua y aceite con las mariposas flotando y las mechas encendidas. La llama parpadeante me hipnotizaba mientras iluminaba las fotos de mis antepasados. Mi abuela mantenía estas mariposas encendidas durante todo el mes de noviembre, día y noche, para velar las almas de nuestros difuntos.
Actualmente, y recordando esta tradición, me gusta encender velas, las mariposas son difíciles de conseguir en los tiempos que corren. Las enciendo un rato cada día, recordando así a los que se fueron y no olvidamos. Las llamas de las velas me siguen fascinando, parece que me acercan un poco más al mundo invisible de los espíritus.
Hoy, 15 de noviembre de 2020, mi abuela hubiese cumplido 105 años. Las llamas de hoy están dedicadas a su memoria.
A continuación, algunas de las fotos de las velas que enciendo durante estos días. Su luz es lo más importante, iluminan de manera efímera algunos de los objetos que me acompañan habitualmente.
Inmersa en una vorágine de bocetos e ideas sobre el apasionante mundo de Halloween…
Read MoreEste proyecto consiste en un conjunto de ilustraciones para un blog titulado En 2 tardes.
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